martes, 12 de agosto de 2014

Barranco de Aguaré

PARTICIPANTES: Carlos y la que escribe, Pilar



Después de pasar unos días en el pirineo Francés, pusimos rumbo a Torla donde nos juntaríamos con más miembros del club para pasar la semana juntos. Aprovechando nuestro paso por Canfranc y habiendo leído tan buenas reseñas del barranco de Aguaré, decidimos completar el día haciendo una pequeña parada para realizar el barranco.
La aproximación depende del tramo de barranco que se quiera descender. Como el croquis tenía tan buena pinta, elegimos hacerlo entero, así que nos esperaba hora y media de pateo: primero la subida hasta el refugio de Gabardito y una vez allí descenso hasta el inicio del barranco. Una vez en el inicio, y ya equipados, comenzamos el descenso. Las lluvias de los últimos días le habÍan dado un poco de vida al barranco, que a estas alturas de verano bien podría estar seco. En breve llegamos al primer rápel de 25 metros, el más grande de todos. 


Al principio el barranco cuenta con zonas muy abiertas, partes descompuestas, destrepes y troncos encajados que te hacen imaginar la fuerza que debe llevar el agua para dejarlos allí. A diferencia de otros barrancos, este no es nada escurridizo y algo que nos llamó mucho la atención, estaba plagado de tritones.


A mitad de barranco, la morfología cambia. Los rápeles empiezan a aparecer uno tras otro, el barranco se encajona en muchas zonas y se abre en otras, convirtiéndose en un descenso bastante deportivo, entretenido y de gran belleza. 






Sin darnos cuenta en apenas tres horas y media nos plantamos en el último rápel y para finalizar, saltito en la última poza donde había una pareja disfrutando del baño. Sin lugar a dudas este barranco cumplió todas nuestras expectativas. Ya podíamos continuar, con energía renovada, nuestro viaje hacia Torla... :) 

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